Argentina se dispone a cerrar el martes la oferta de canje de títulos de su deuda en mora por unos 30.000 millones de dólares, cuando intenta regresar a los mercados de capitales de los que está excluida desde 2001.
En un contexto internacional desfavorable, el gobierno argentino, que pospuso en dos oportunidades las fechas límites para su oferta, parece haberse encontrado con más dificultades que las previstas para alcanzar el objetivo de 60% de adhesión.
El ministro de Economía, Amado Boudou, se mostró ambiguo el viernes ante la prensa, al declarar que "en este momento no pensamos prorrogarlo (el canje). Entre el lunes y el martes evaluaremos los resultados".
El canje involucra 20.000 millones de dólares de deuda y 9.000 millones de dólares de intereses acumulados desde 2005.
La fecha límite de la operación para inversores minoristas prevista en principio para el 7 de junio, fue prorrogada al 22 de junio a pedido de la Asociación de Bancos Italianos (ABI).
En mayo, Argentina también debió atrasar dos días la fecha límite de la operación para el tramo de los inversores mayoristas, que terminó con una adhesión de 45%.
El equipo del ministerio de Economía recorrió los principales países involucrados por el 'default' argentino de 2001, entre ellos Estados Unidos, Italia, Alemania y Japón.
Boudou anunció hace dos semanas una tasa de adhesión de 54%, pero se cuidó desde entonces de dar a conocer un dato nuevo.
Según Mariano Lamothe, analista de la consultora Abeceb, "al 60% (de adhesión) se va a llegar pero cuando se compara con lo que esperaba el mercado termina siendo un mal resultado".
Argentina intenta seducir el máximo de los acreedores que habían rechazado el anterior canje de deuda lanzado en junio de 2005 por el entonces presidente Néstor Kirchner (2003-2007), esposo de la actual jefa de Estado, Cristina Kirchner.
El gobierno ofrece un menú de bonos a un tercio de su valor nominal para rescatar un remanente de bonos en 'default' de quienes se negaron a entrar al canje de 2005, cuando se logró una adhesión del 76,15%, por unos 81.800 millones de dólares.
Con una tasa de adhesión de 60% para esta nueva operación, Argentina llegaría a canjear en total alrededor del 90% de su deuda en mora, mientras que los acreedores que se niegan a cualquier transacción aún tendrían 10% en su poder.
Habrá que ver si con esta tasa de aceptación entre los inversores, los fondos 'buitres', que compraron títulos en 'default' y multiplican las acciones ante la justicia contra el Estado argentino, serán o no escuchados en los tribunales.
Cabe preguntarse además si esta operación alcanzará para que Argentina recupere la confianza de los mercados financieros que perdió desde que se declaró en moratoria en 2001, sobre unos 90.000 millones de dólares.
"Si se llega al 60% (de adhesión), se llega justo", estimó Fausto Spotorno, economista jefe de la consultora Orlando Ferreres y Asociados.
Consideró que Argentina podrá quizás obtener préstamos a una tasa de interés de 10 u 11%, frente a 12 o 13% actual, pero, advirtió, "eso no depende tanto del canje sino también del contexto internacional y de la política interna".
Argentina debe además pagar su deuda con el Club de Paris, por unos 6.500 millones de dólares.
Cristina Kirchner había manifestado en 2008 su intención de saldarla pero la operación de pospuso sin fecha en medio de la crisis financiera global.
Las negociaciones entre Buenos Aires y los acreedores públicos tropiezan con la pretensión del Club de Paris de que, antes de cualquier acuerdo, Argentina acepte la supervisión de sus cuentas públicas por parte del Fondo Monetario Internacional.
El gobierno argentino, que canceló en 2006 en un solo pago su deuda con el FMI por 9.500 millones de dólares, se opone al control del organismo multilateral al que responsabiliza de la debacle económica del país en 2001.
Fuente: AFP
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