1 - Evita las deudas con las tarjetas de crédito. Si ya las has contraído, cancélalas cuanto antes.
Es relevante la "ventaja psicológica" de no tener déficits con tu tarjeta.
Desde lo económico y financiero no incrementarás tus gastos innecesariamente al evitar el pago de los altos intereses que casi todas ellas cobran por la financiación de tus compras.
2 - Constituye un fondo de emergencia.
Ten al menos el valor equivalente a tres meses de tus gastos corrientes en una cuenta accesible. Esto te servirá como amortiguador para épocas de crisis personales, ya que podrás moverte con comodidad mientras buscas una solución a tu problema.
3 - No dejes que los problemas financieros a corto plazo repercutan en todos tus planes a largo plazo. Racionaliza tu presupuesto de modo de conservar siempre, al menos, un proyecto a mediano o largo plazo.
4 - Destina parte de tu ahorro mensual para tu retiro. Si inviertes en ello entre el 5 y el 10% de tus ingresos, estarás ayudándote en tu futura independencia económica, además de hacerte más eficiente en la administración de tu dinero.
5 - Provéete de un seguro propio.
Muchas veces, las coberturas de vida o de inhabilidad laboral no son las más adecuadas para tus necesidades. Identifícalas e intenta satisfacerlas.
Tu salud y tu bienestar individual siempre son inciertos, pero la construcción de una buena red de seguridad redundará en tranquilidad para tu mente y tu economía futura.
6 - Diversifica tus inversiones. La diversidad es vital para hacerte sentir más cómodo y compensar las posibles pérdidas que puedan sufrir alguno de tus activos.
7 - Destina parte de tus recursos a la inversión en inmuebles. Su rentabilidad puede ser la más baja, pero la posibilidad de pérdidas es casi nula. Además, como tienden a valorizarse con el paso del tiempo, serán una interesante opción futura tanto para ti como para tu familia.
8 - Piensa antes de actuar impulsivamente. No permitas que las emociones manejen tus decisiones financieras ni corras simplemente porque todos lo hacen.
En materia de inversiones, no te desesperes. La necesidad de proporción entre riesgo e inversión sigue respetando el sentido común y se mantiene alejada de los negocios o proyectos de fantasía que nos harían ricos de la noche a la mañana.
Comentarios
Publicar un comentario